30 años
Está en San Francisco, CA
Diseñador Museográfico
Capricornio, Ascendente Sagitario, Luna en Acuario
Junio
Durante los meses previos al advenimiento del COVID-19, trabajaba de 10 a 12 horas al día, incluso
sábados y domingos, mientras que para la cuarentena interrumpí ir al cine (de mis cosas favoritas),
al gimnasio (x en la vida) y socializar(ish) de vez en cuando. Entre que era nuevo en la ciudad de
San Francisco y tenía poco tiempo libre, necesitaba relacionarme y construir una red afectiva.
Puedo agregar que, entre mis proyectos a mediano plazo, se encontraba un viaje simbólico por
mis 30 años [(2) x XVañera)] para finales de año y con destino a Líbano. Siendo mi transición de los
veinte a los treinta y de capricornio a sagitario, pensaba conocer la tierra de mis “antepasados”;
una buena oportunidad para darle forma al imaginario familiar de “seguramente tenemos
parientes y camellos por allá”. Quién sabe cuándo pueda retomar ese plan del que tenía muchas
ganas.

Durante el confinamiento he retomado mis clases de francés en línea, el ejercicio en casa (más
entretenido que ir al Gym) y dedicado mucho más tiempo a cocinar (aunque ya me tiene un poco
harto). También de vez en cuando, me doy la oportunidad de no hacer nada, absolutamente nada,
y estar bien con la idea de no ser productivo, sólo mirar al techo.

Sigo trabajando desde casa en un horario de lunes a viernes de 9am-5pm, así que tampoco tengo
tantísimo tiempo para procrastinar.

Esta última semana, participé activamente en las protestas contra el racismo y el abuso policial.
Fueron las primeras veces durante esta pandemia en donde coexistí en la calle entre masas de
más personas, todas con cubre bocas y guardando distancia, por supuesto.

También, le dedico mucho tiempo a ver películas con mi proyector : ) La mejor adquisición durante
esta pandemia.

A causa de la enorme cantidad de juntas y reuniones que he tenido por Microsoft Teams y Zoom,
mi reflejo corporal se ha distorsionado exponencialmente. Cada junta es un recordatorio de que
mi cara es más parecida a un mapa que a una forma geométrica. Las únicas personas que me ven y
a las que veo son mis roomies y he aprendido, que cada uno percibimos nuestro cuerpo a partir de
la asociación, la cual ahora es casi nula. Entonces, el hecho de no ver a otras personas detona mi
trastorno dismórfico corporal. Algo de esto ya existía antes de la pandemia, pero claramente se ha
agudizado durante este encierro. A su vez, he comenzado a idealizar aún más a cierto tipo de
cuerpo mediatizado, que abunda en las redes sociales y el cine en general. Mi cuerpo parece no
encajar en ninguno de estos lugares. El average body type no está de moda.

No creo tener aún, una relación con la vejez. Quizás, lo más cercano a la vejez son mis padres. Hay
una brecha generacional de 40 años entre ellos y yo, que de alguna manera ha aletargado mi idea
de convertirme en viejo. Por otro lado, sé que a los 30 se comienzan a gestar algunas
características de la vejez. Estoy cómodo con pensarla en un sentido más físico y en no concebirla
como un estado. Me genera ansiedad saber que estoy “perdiendo el tiempo” debido al encierro,
más allá de pensar que estoy envejeciendo.

Sí. Creo que en los últimos años mi rol dentro de la familia “nuclear” ya venía cambiando y pienso
que sigue evolucionando. De ser el más chico y dependiente(ish) de la familia, he pasado a ser una
figura mucho más estructural y esencial. El aislamiento y el hecho de que mis padres, mi hermano
y yo estamos en diferentes ciudades, ha vuelto la comunicación mucho más interesante. Mi
mamá, por ejemplo, ha trabajado toda su vida y es de esas personas que no se está quieta y que
debido a su profesión (odontopediatra), ha tenido que permanecer mucho tiempo en casa, lo cual
antes la volvería loca. Sin duda, los cuatro nos encontramos en situaciones muy distintas y eso
permite que los roles familiares cambien.

I N S T A G R A M ♥. El no tener pareja(s) sentimentales durante el aislamiento, me ha obligado a
encontrar en estos espacios un lugar para compartirla.

De momento y estando en un estado de transición CDMX – SF, me cuesta entender o tener un
sentido de comunidad. Creo que me tomará mucho más tiempo de lo que pensé, siendo honesto.
En SF no he conocido a mucha gente profesionalmente y no creo estar asociado o tener algún
sentido de pertenencia. Sin embargo, sigo iniciativas que artistas y colectivos locales han
comenzado, a raíz del último estallido de violencia en Estados Unidos contra la comunidad
afroamericana. La institución en la que trabajo, por ejemplo, ha cometido una serie de acciones
muy desafortunadas donde ha censurado a la opinión pública y promovido el blanqueamiento.
Muchos de los que trabajamos ahí, hemos seguido y ayudado a difundir iniciativas que orillan a la
institución a tomar medidas correctivas.

Me gusta relacionarme con distintos tipos de personas y profesionales. Creo que muchas veces
termino relacionándome orgánicamente con artistas y personas creativas que forman parte del
circuito del arte. En el último año he pensado en cambiar de profesión y en moverme dentro de
otros medios creativos, como el cine, por ejemplo. Me encuentro en un periodo de hastío
institucional : ( Estoy empezando a tramar mi siguiente movida, aunque es difícil pensar en un
futuro hoy día, y sin duda me es necesario conectar con personas que trabajan desde otros lugares
alejados del arte y los museos. Siempre me ha resultado más interesante conocer a personas que
trabajan en la esfera del arte pero que vienen de una formación distinta a la del historiador o el
artista visual. Esto ayuda de alguna manera, a romper con muchas convenciones y sobre todo con
metodologías y estructuras tediosas para la creatividad.

En este momento me cuesta creer en las instituciones de arte. En cuánto más grande sea la
estructura, quizás haya menor escasez de recursos para trabajar, pero mayores limitaciones
creativas e intelectuales, lo cual no me parece un modelo sostenible para ninguna economía
creativa. Me gusta pensar en modelos de intercambio parecidos al de una residencia. Nunca he
formado parte de alguna, pero le apuesto a la movilidad. Es interesante repensar el intercambio
intelectual y ver cómo puede ser más rentable para cualquier persona creativa. El no estar atado a
un sitio específico suena encantador.
¿Qué interrumpiste y qué has comenzado a causa de esta cuarentena?

























¿Cómo ha cambiado la percepción que tienes de tu cuerpo?









¿Cuál es tu relación con la vejez?






¿Ha cambiado el rol familiar que interpretas?








¿Cómo experimentas tu intimidad durante esta pandemia?


¿Qué iniciativas tienes por tu comunidad creativa?









¿Qué relaciones sociales son relevantes para tu trabajo creativo?










¿Por qué modelos de economía creativa apuestas?
Belleza
Familia
Amor
Trabajo
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