29 años
Está en Ciudad de México
Diseñador industrial
Mayo
A causa de las medidas preventivas de emergencia sanitaria, mis proyectos laborales relacionados
a la industria de la hospitalidad, están pausados desde marzo. Llevo tres meses intentando
convivir conmigo mismo y ver más Netflix para quitarle peso a mi ansiedad. He apartado lecturas
pesadas y comenzado otros momentos de ocio, en esta temporada me ha sido importante dejar a
un lado ejercicios y juicios introspectivos, he vuelto a ver caricaturas e incluso he encontrado
mucha paz en programas y películas que antes me parecían insustanciales.
No ha sido difícil reconocer sentimientos negativos hacia mi cuerpo ya que casi siempre me
comparo con los demás, pero en esta temporada de cuarentena estoy intentando cambiarle la
jugada al juez, evitando en lo posible el ruido del afuera; no me había tomado el tiempo para
mejorar mi relación con el cuerpo que tanto he odiado por años. Ahora soy una exploradora, mi
plan es idear una fórmula para cuidarme y cuidar de él, sin estar esperando reconocimiento de lxs
demás.
No me gusta pensar en mi vejez.
He vuelto a casa de mis padres para esta temporada y me ha tocado reunir a la banda. Somos una
familia de desarraigados, yo soy el integrador.
La comunicación con mi círculo íntimo ha sufrido algunos cambios. Con base en mi experiencia,
pienso que el proceso de aceptación o de convivencia con la nueva realidad, ha movido la
percepción de aquellxs con los que comparto vínculos más allá de la amistad; creo que por estos
ajustes me he visto envuelto en resolver malentendidos o experiencias del pasado. Sobre el sexo,
pienso que es vital para mejorar la intimidad así que #sincomentarios.
Por el momento no estoy en mi máximo creativo, pero he ayudado a mis amigxs con el desarrollo
de sus marcas personales.
En mi trabajo profesional, las soluciones creativas son vitales para el desarrollo de proyectos. Me
encanta el home office pero es imposible detonar la creatividad sin un equipo de trabajo, es vital
reconocer la existencia y emociones de los demás, el diálogo, la convivencia; los seres humanos
vivimos y nos expresamos a través de emociones, es lo único que las máquinas no hacen bien.
El otro fin de semana platicaba #encausa con un par de amigxs de la universidad y hacíamos
revisión de nuestro plan de estudios (UASLP-Hábitat). Concordamos en la importancia de la
incursión de materias de comunicación, negociación, trabajo en equipo, autoconocimiento, toma
de decisiones y marketing personal.
Muchos negocios, no usualmente relacionados con la “economía creativa”, requerirán elementos
del arte y el diseño para diferenciarse en el mercado, tanto en aspectos tangibles como
intangibles. Por ejemplo: la filosofía de una marca derivada de un ejercicio de escritura poética.
Pienso que el quehacer del arte actual en México es irrealista. Últimamente escucho mucho sobre
becas y programas de gobiernos, así como desatinos de la 4T. Usualmente el arte en México se ha
quedado varado en métodos de venta tradicionales, me parece deplorable que no haya respuesta
de artistas con iniciativas, para el desarrollo de un modelo de negocio en la era de los servicios. Así
que siempre el negocio queda en manos de las personas “bien”, esas de siempre, quienes tienen
acceso a la inversión para la creación de estas plataformas.
La artisteada mexicana necesita
relajarle al snob y darse cuenta de que para sobrevivir necesita globalizarse, rentarse y volverse
accesible.
¿Qué interrumpiste y qué has comenzado a causa de esta cuarentena?
¿Cómo ha cambiado la percepción que tienes de tu cuerpo?
¿Cuál es tu relación con la vejez?
¿Ha cambiado el rol familiar que interpretas?
¿Cómo experimentas tu intimidad durante esta pandemia?
¿Qué iniciativas tienes por tu comunidad creativa?
¿Qué relaciones sociales son relevantes para tu trabajo creativo?
¿Por qué modelos de economía creativa apuestas?
Belleza
@todosquierensertuperono
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