25 años
Está entre Hidalgo y Ciudad de México
Curador, escritor y freelance alrededor de arte contemporáneo
Sol en cáncer, luna en acuario
@enbreve
@zonadedesgaste
¿Qué interrumpiste y qué has comenzado a causa de esta cuarentena?
¿Cómo ha cambiado la percepción que tienes de tu cuerpo?
¿Cuál es tu relación con la vejez?
¿Ha cambiado el rol familiar que interpretas?
¿Cómo experimentas tu intimidad durante esta pandemia?
¿Qué iniciativas tienes por tu comunidad creativa?
¿Qué relaciones sociales son relevantes para tu trabajo creativo?
¿Por qué modelos de economía creativa apuestas?
Belleza
Interrumpí mis dinámicas de convivencia, no creo haber podido ajustarlas o replantearlas todas.
Comencé a saltar la cuerda y a dibujar frecuentemente. También decidí dejar de vivir en la Ciudad
de México por un tiempo, ¿eso es interrupción o comienzo?
En mi digestión y en la profundidad de mi sueño, veo y siento los efectos del dormir más y comer
menos improvisadamente, lo disfruto mucho. En apariencia, he descubierto que mi cabello entre
más largo crece más chino parece volverse, me sorprende. Saltar la cuerda también me ha traído
más conciencia sobre mi respiración.
No creo haber pensado mucho en la vejez. Claro que he pensado en cómo cambian los cuerpos y
sus intensidades, pero creo que eso fluye en múltiples direcciones que no sólo apunta a asuntos
de edad, salud o proximidad con la muerte. Me importa mucho procurar el bienestar de mis seres
queridos, eso sí.
No tanto el rol, pero sí ha habido cambios, los que vienen con el instalarse nuevamente en la casa
materna después de vivir fuera por casi seis años. Aún estamos adaptándonos a eso, supongo.
Me gusta mucho hacer llamadas telefónicas para platicar con mis amigas. Antes me parecía algo
frío o incluso incómodo, por asociarlo con dinámicas laborales concentradas en entregar un
mensaje. Con la cuarentena, esa frialdad parece haberse transferido a las videollamadas y ahora
encuentro mucho más espacio para improvisar y sincerarme, cuando sólo hay voz y estamos de
una a una. De pronto creo, también, que brinco la cuerda para entrar en un ritmo en el que estoy
completamente solo y no tanto porque me interese ejercitarme. En eso consiste mi intimidad, por
ahora.
En general, intento estar disponible para hablar con la gente que me importa, más allá del
overview del social media. Preguntar cómo están, insinuarles que estén atentos a las sutilezas y no
sólo a los grandes cambios, recordarles que beban agua.
Me considero bastante permeable. Lo que pienso y produzco surge de esas aguas encima de las
cuales mis personas no cesan de llover. No todas trabajan en arte y cultura. No de todas sé decir
cuánto y cómo me afectan. El problema de la autoría se va resolviendo en cada caso.
Creo que esta es una pregunta de amplias miras y no la sé responder. He trabajado en el sector
público, el privado y también por vías de corte independiente, con cada experiencia se complejiza
mi idea de lo gremial. A los problemas relacionados con un sistema de valoración y circulación (de
la obra, del trabajo, de los saberes y recursos inmateriales) ya no sé qué hacerles, estoy exhausto.
Y es que, de hecho, pienso que la pandemia puede enmarcar una reflexión mucho más profunda
que termine por reconsiderar nuestras convicciones, deseos e intenciones más elementales. Si
acaso apuesto por algo, aquello será en una escala muy pequeña y tendrá que ver con producir
lugares de escucha, para bajar la guardia y escuchar los problemas antes de intentar resolverlos.
Luego, ya veremos.
Julio
Familia
Amor
Trabajo
Foto por Sandra Sánchez