35 años
Está en Monterrey, Nuevo León
Historiador del arte. Collagista. Encuadernador.
@acebochi
@hojadeacebo
Julio
¿Qué interrumpiste y qué has comenzado a causa de esta cuarentena?
¿Cómo ha cambiado la percepción que tienes de tu cuerpo?
¿Cuál es tu relación con la vejez?
¿Ha cambiado el rol familiar que interpretas?
¿Cómo experimentas tu intimidad durante esta pandemia?
¿Qué iniciativas tienes por tu comunidad creativa?
¿Qué relaciones sociales son relevantes para tu trabajo creativo?
¿Por qué modelos de economía creativa apuestas?
Llevaba un par de meses de llegar a radicar a Monterrey, y estaba en ese proceso de
descubrimiento (y apropiación) geográfica: las galerías, los cafés, las librerías de viejo, los parques,
los tianguis. La cuarentena no sólo me confinó, sino que me negó de golpe el conocimiento de la
gran ciudad. A siete meses de radicar en ella, sigue pareciéndome extraña, desconocida.
Por otro lado, he comenzado a bordar y a usar el bordado para producir obra en collage. He leído
todos los libros adquiridos desde finales del año pasado, al punto que ya no tengo ninguno
pendiente. Comencé, por cierto, también a pensar en los libros como estructuras que me
permiten experimentar y teorizar sobre la representación y la escritura. Comencé a tomar mucho
té con jengibre. También, al instalarme en el home-office, hace tres meses que no uso pantalones
ni zapatos (siempre en shorts y descalzo).
Creo que nunca he tenido noción de mi cuerpo en relación a los otros, ni siquiera en comparación.
Siempre ha existido en razón de su propio movimiento, de sus placeres, de sus dolores. La
cuarentena, sin embargo, ha magnificado su realidad: durante las primeras semanas de la
pandemia, monitoreaba su temperatura, su peso, la respiración. La paranoia ha desaparecido,
pero queda siempre la posibilidad de la enfermedad. Esa siempre queda.
¿Es posible pensar la vejez más como un lugar que como un estado físico? Es curioso, ¿no? Pensar
en el dónde vas a envejecer, como si esa respuesta denotara el cómo. Así pienso mi vejez. No sé si
será larga, ojalá que sí, pero que no sea incapacitante.
No.
¡Con mucha creatividad! En pareja, las rutinas han cambiado, fluyen, demandan incluso silencios,
otra forma de tocar la piel. En general, ha sido difícil mantener el ritmo afectivo: todos
experimentamos distintos tipos de necesidades afectivas y la pedimos de formas tan disímiles.
Quiero decir, que trato de estar con quienes están conmigo.
Antes de la pandemia, planeaba con mi pareja una exposición pop-up con artistas emergentes del
norte, que retomaremos en el futuro. Pude iniciar una cuenta instagram para asomarme a los
espacios de trabajo de la comunidad creativa en México (@estudioadentro).
Todas, sobre todo aquellas que se inician a través de plataformas digitales porque hay un alcance
mayor, un intercambio automático, un ejercicio de reciprocidad que no es limitado por mi entorno
geográfico. Pero valoro todas: desde los libreros, pasando por quienen hacen curaduría y collage, y
terminando con descubrimientos musicales y visuales.
La colaboración siempre me ha parecido el mejor punto de origen para generar nuevos procesos,
nuevos derroteros visuales, nuevos impulsos.
Belleza
Familia
Trabajo
Amor
@estudiodentro